María celia Zárate Insúa

Embrión de libro



Gira en vano...Da vueltas inútilmente

lunes, 6 de diciembre de 2010

La momia congelada


Dos arqueólogos novatos estaban explorando en las altas montañas. Altas montañas, son altas montañas, bien altas, de nieves eternas y solo accesibles para gente preparada, fuerte, fortachona y sobre todo valiente, de esa que no tiene miedo morir en el intento y menos por el avance de la ciencia.
En su ardua caminata tropezaron con una pirca, estaba medio enterrada en la nieve, el techo de caña levemente inclinado y algunas piedras encima. Los azuzo obviamente la curiosidad e investigar, después de todo se habían preparado muchos años para eso. Cavaron un poco, despejaron la nieve y reconocieron la entrada, siguieron picando el hielo en el interior y encontraron dentro de ella una momia inca.
Momias habían visto muchas, de todo tipo, todas interesantes a su modo.

Algunas momias dan la terrible sensación de la existencia del morir, otras transmiten la veneración y el respeto al antepasado, algunas dan cuenta que la opulencia e indigencia coexistieron en todos los tiempos y las menos demuestran la excepcionalidad de la vida.
Esta momia también era distinta a todas.

Su perfecto estado de conservación la hacia parecer una persona dormida. El pelo trenzado con cientos de finas trenzas, la ropa perfectamente acomodada, la rugosidad natural de la piel, la pacífica expresión de la cara y la posición en que la encontraron sugería que estaba vendiendo limones en la feria en ese preciso instante, también podían ser ajíes o ajos.
No podía decirse que era mejor o más fascinante que otras, no tenia ningún punto de comparación con las demás. Era única, trascendente.
-No se puede creer, no es posible, esta buenísima - dijo uno
-Lo único imposible es lo que no se puede pensar- acotó el otro.
Al observarla la observación dejaba de ser observación y pasaba a ser contemplación, una contemplación en que el tiempo parecía detenerse, nunca se sabe, tal vez se detenía realmente, o pasaba vertiginosamente, tampoco esto puede demostrarse. La contemplación de la momia daba paz al observador que dejaba de ser un observador y pasaba a ser un contemplador, un contemplador extasiado en la magia de la momia congelada
No era posible mirarla, en segundos transformaba la mirada en contemplación.
Poseía la misteriosa propiedad de alterar la percepción del tiempo pacificándolo. Rarísimo y buenísimo a la vez.
Maravillados con su descubrimiento y temerosos de que alguien mas lo viera y les robara el hallazgo, los arqueólogos quisieron llevarse con ellos la momia. Ansiosamente quisieron cargarla en su mochila de alta montaña, pero al intentar moverla se oyó crujir su fragilidad de hielo.
-¡Guarda! Habrá que pensarlo mejor- dijo uno
- Si, cuidado, es un pasaporte si queremos recibir el premio Nóbel.
Trajeron cajas de telgopor en una mula desde sus casas, pero en su impaciencia no tuvieron en cuenta que trasladarla no era una tarea de considerar pocas variables y a los pocos metros de moverla empezó a desestabilizarse.
Casi la arruinan, pero la momia se ve que aguantaba mucho, seguramente ya había aguantado mucho antes.
-Mejor la dejamos acá.
-Si, será lo mejor. Traemos los instrumentos y la analizamos acá.
Y así aprovecharon el tiempo que tenían yendo a ver a la momia mágica que tanto los encantaba; pero no pudieron estudiarla mucho porque cada vez que lo intentaban su curiosidad científica se diluía en la paz espiritual que les provocaba contemplarla.
Excavaron más y encontraron el ajuar, los juguetes, lo ultimo que comió, el tocado de plumas, todo.
Mientras tanto contador de la Sociedad Arqueológica, suspicaz, detecto que el destino de la asignación de estos arqueólogos era incierto, noto mucha inversión para nulos resultados. Los llamó para que justificaran semejante gasto.
Asustados de perder sus ayudantías académicas, cobardemente revelaron su hallazgo, aunque después de todo engordaría sus flacos currículos. Dieron todos los detalles de la momia congelada. Esto obviamente intereso mucho a la comunidad Arqueológica.
Rápidamente se destino un gran presupuesto en la exploración. Con toda la infraestructura y tecnología moderna que tenían pudieron trasladar a la momia con seguridad al museo sin que se arruinara su estructura.
Revolucionados quisieron saber todo sobre la momia.
Le sacaron radiografías, tomografías, ecografías, resonancias magnéticas y mapa genético también mamografía y PAP que por suerte le dieron bien.
Todo se analizó y debatieron hasta el mínimo detalle. Finalmente concluyeron que la momia había tenido sinusitis e hipotiroidismo, en todo lo demás era perfecta. Que la habían sacrificado hacía quinientos años para satisfacer a Viracocha. Que Viracocha había quedado satisfecho. Que la habían dormido con chicha y dejado morir por congelamiento. Que la muerte por congelamiento es linda. Que los aborígenes eran unas bestias. Que los españoles masacraron a los aborígenes. Que el vaticano tuvo mucho que ver en la masacre de los aborígenes. Que puede conservarse también un jamón si se lo pone a bajas temperaturas. Que la pluma de ganso es un aislante excelente para bolsas de dormir de alta montaña. En fin, ningún punto quedo sin considerarse.
Armaron un video explicativo con toda la expedición, otro con la investigación y otro con las conclusiones para poner en la sala donde expondrían a la momia.
La pusieron en una vitrina equipada con un súper freezer computarizado que controlaba automáticamente la variación de peso del cuerpo, también la humedad, temperatura, pH, y smog del aire. Era imposible ahora que se descompusiera.
Al exponerla empezaron las opiniones.
- Es uno de nuestros ancestros y no debe ser exhibida como una cosa.- decían los de la comunidad Wichi.
- Es patrimonio de la humanidad y puede exponerse- dijo la ONU
- Es patrimonio de la república y todos pueden verla siempre que se pague una entrada- decían en el senado nacional.
- Hay que mostrarla si o si- opinaba el concesionario de la confitería del museo.
El debate siguió, sigue y seguirá durante años. Los arqueólogos lograron su prestigio y cátedras titulares. Las comunidades aborígenes se pelean con los gobiernos de turno. Las sillas de la confitería se retapizaron en pana con la guarda pampa.
Entretanto la momia está desde entonces en su modernísima sala fría, protegida en su vitrina, rodeada de pósteres explicativos, ahí donde cientos la miran diariamente pero nadie alguna vez se detiene a contemplarla.


Marieta Materia.